Hay ciertos alimentos que pueden hacernos sentir… indispuestos, digamos. No se trata exactamente de una alergia (de hecho, las intolerancias y las alergias no son lo mismo; pero eso ya lo explicaremos más adelante), pero es un efecto que causa náuseas, retortijones y malestar en general. Si se te viene a la cabeza alguno de estos síntomas cuando estás degustando alguna comida, cabe la posibilidad de que, en realidad, seas intolerante a ella. Nadie mejor que el médico para determinarlo, pero continúa leyendo y conoce un poco más sobre las intolerancias alimentarias.
¿Qué son las intolerancias alimentarias?
Cuando el organismo no es capaz de metabolizar ciertos alimentos por falta de la enzima responsable de ello, la digestión se complica y es entonces cuando se da la intolerancia alimentaria. Seguro que te suenan las más comunes: la intolerancia a la lactosa y al gluten. Sin embargo, déjame decirte que existen otras tantas como veremos en este artículo: a la fructosa (que puede tener relación con problemas más serios) y al sorbitol.
¿Existe diferencia entre la intolerancia y la alergia alimentaria?
Como decíamos antes, las intolerancias y las alergias alimentarias no son lo mismo. Se tiende a confundir los dos términos, pero nada tienen que ver.
- Primero, y tal como se exponía más arriba, que las intolerancias afectan al metabolismo, mientras que las alergias lo hacen directamente al sistema inmunológico. En otras palabras, cuando se es intolerante a algún alimento, el “único” problema es que este no se digiere como es debido.
- Otra de las grandes diferencias es que en el caso de la alergia, la reacción aparece casi al momento y la intolerancia se manifiesta de manera más prolongada en el tiempo (recordemos que influye en el sistema digestivo).
- Los síntomas que se presentan con una intolerancia también se pueden presentar con una alergia, pero en el caso de esta segunda existen algunos más como inflamación, lo que puede llevar a un sistema respiratorio y desembocar en un shock anafiláctico.
Tipos de intolerancias alimentarias:
Las intolerancias alimentarias están cada vez más a la orden del día. Ya conocemos las más comunes, como pueden ser a la lactosa y al gluten, pero hay otras menos conocidas e igualmente importantes, tal como veremos a continuación.
Intolerancia a la fructosa
La fructosa se trata de un carbohidrato simple, y se puede encontrar en alimentos como la fruta, entre otros. Se trata de un tipo de azúcar un tanto peculiar, pues aun siendo tal, se considera saludable… en ciertas situaciones. Es decir, si la fructosa se ingiere de forma natural (por ejemplo, un zumo de naranja recién exprimido), no hay problema. Las limitaciones deben comenzar cuando se añade de manera artificial.
En cualquier caso, sea natural o artificial, una persona con intolerancia a este hidrato de carbono deberá limitar o evitar su consumo.
La intolerancia a la fructosa se da cuando la proteína encargada de transportarla no funciona como debería. “En este caso la fructosa no absorbida pasa al colon, aquí las bacterias intestinales la fermentan y esto genera liberación de gases y diversas molestias intestinales, es decir, lo síntomas de la intolerancia a la fructosa: diarrea, meteorismo o gases, malestar abdominal, etc”, explican desde la sección de salud de Mapfre.
Conoce más sobre la intolerancia a la fructosa
Intolerancia a la lactosa
La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. Lo que ocurre para que se suceda una intolerancia a la lactosa es que la enzima encargada de controlar la digestión de esta (llamada lactasa, por cierto) existe en cantidades muy bajas. Al no haber lactasa suficiente, la lactosa no se digiere como debiera; surgiendo así su intolerancia. Y decimos “muy” porque aún teniendo niveles algo bajos de lactosa, no tiene por qué existir esa intolerancia. La pregunta es: ¿qué ocurre cuándo la lactasa se presenta tan deficiente? Pues bien, la lactosa, en vez de procesarse como debería y absorberse, viaja hasta el colon, provocando los síntomas que leerás a continuación.
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa pueden ser:
- Diarrea.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Cólicos estomacales.
Podría decirse que existen tres tipos diferentes de intolerancia a la lactosa: primaria, secundaria y congénita o del desarrollo.
Conoce más sobre la intolerancia a la lactosa
Intolerancia al gluten
A la intolerancia al gluten también se le conoce como celiaquía. A grandes rasgos, se trata de una reacción del sistema inmunitario al gluten, un tipo de proteína que está, entre otros alimentos, en el trigo.
Los síntomas de la intolerancia al gluten pueden ser varios:
- Estreñimiento.
- Dolor abdominal.
- Náuseas.
- Fatiga.
- Dolor de cabeza
Estos síntomas son los que se dan como norma general, sin embargo, existen otros tantos que no están directamente relacionados con el sistema digestivo. Anemia, úlceras en la boca, dolor articular, pérdida de la densidad ósea, entre otros.
Hay algunos alimentos que de forma natural contienen gluten; por consiguiente, las personas celíacas no pueden consumirlos. Harina (de trigo, avena, espelta, entre otras), bizcochos y bollería, galletas, algunos cereales o cerveza son algunos de los ingredientes o comidas prohibidos. Por eso es tremendamente importante que los productos que compres en el supermercado tengan la etiqueta “sin gluten” bien señalizada.
La buena noticia es que cada vez hay más consciencia y consideración por las personas con gluten y las opciones en restaurantes, supermercados y tiendas para celíacos van en aumento.
Conoce más sobre la enfermedad celíaca
Intolerancia al sorbitol
En realidad, el sorbitol puede encontrarse de manera natural en ciertas frutas y verduras (como veremos un poco más adelante), y también se puede usar como edulcorante sintético proveniente de la glucosa. Así, la intolerancia al sorbitol se da cuando este nutriente no se absorbe por el organismo de la manera en la que debería hacerlo.
La cuestión es que, como decíamos, se encuentra naturalmente en algunas frutas o verduras como pueden ser la manzana, la pera, el albaricoque, las fresas, la coliflor o los champiñones). Hasta ahí todo correcto; al final, teniendo controlado cuáles son las que lo contienen, no hay por qué preocuparse. Sin embargo, es que también se usa en otros tantos alimentos de manera artificial. Es por eso que se hace imprescindible (en realidad, no solo en este caso, sino siempre) leer cuidadosamente la etiqueta de los alimentos. El sorbitol se puede encontrar bajo el nombre de “e-420”. Como es evidente, alguien con este tipo de intolerancia, deberá evitar los alimentos que lo contengan.
Conoce más sobre la intolerancia al sorbitol
Causas de las intolerancias alimentarias
Lo cierto es que existen diferentes causas para las intolerancias alimentarias, las cuales conoceremos ahora. Sin embargo, cabe también destacar que las intolerancias pueden ser metabólicas (es decir, que el metabolismo no está preparado para descomponer los elementos) o no específicas (de las cuales no se conoce el origen, ni el alimento que las provoca).
- Primeramente, la ausencia de la enzima necesaria para digerir los alimentos. Es esto lo que causa de manera primordial las intolerancias alimentarias.
- Algunos factores psicológicos como el estrés pueden desencadenar un cierto malestar que, en realidad, no se puede explicar, pero que está ahí y en ocasiones puede hacerte hasta enfermar.
- Sensibilidad a algunos aditivos alimentarios. Estos pueden contener ciertos alimentos que causan una mala digestión de los alimentos en los que se encuentran.
Tradicionalmente, se ha asociado la intolerancia alimentaria al sistema inmunitario. Sin embargo, como ocurre con el resto del cuerpo, en realidad, padecer una intolerancia o una alergia alimentaria no es nada fuera de lo común, casi un tercio de la población europea tiene una u otra.
Síntomas de las intolerancias alimentarias
Los síntomas de las intolerancias alimentarias son muy similares en todas ellas. Los más comunes son:
- náuseas
- gases
- diarrea
- retortijones
Por otro lado, también pueden darse en mayor o menor medida otro tipo de síntomas:
- Respiratorios: rinitis o asma
- Neurológicos: dolores de cabeza, mareos, vértigos o migrañas
- Psicológicos: fatiga, ansiedad
- Dermatológicos: acné, urticaria o eczemas
Recomendaciones nutricionales
Como has podido comprobar, el tema de las intolerancias alimentarias es todo un mundo. Hay muchos factores a tener en cuenta, y lo que está más que claro es que ser muy conscientes de lo que comemos (en realidad, tengamos algún tipo de intolerancia o no), es imprescindible.
Si te gustaría saber un poco más o querrías hablar con un especialista del tema, ¿por qué no contactas con nosotros?