En España, casi 6 millones de personas padecen diabetes; en el mundo, la Federación Internacional de Diabetes (FID) estima que unos 537 millones de adultos viven con ella. No obstante, cada caso es diferente. No solo porque cada persona tiene diferentes síntomas y tratamientos, sino porque, además, existen diferentes tipos de diabetes. A continuación los vemos y explicamos sus similitudes y diferencias.
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Prediabetes
Las personas prediabéticas son personas con los parámetros glucémicos más altos que lo normal, pero que no llegan a alcanzar los de la diabetes. Tienen alto riesgo de padecer la enfermedad. Además, se ha observado correlación entre la prediabetes y complicaciones de la propia diabetes, como por ejemplo retinopatías o nefropatías.
Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune crónica (esto significa que es el propio organismo el que se ataca a sí mismo por error). Su principal característica es que el páncreas no es capaz de generar insulina. Esto significa que las personas que padecen diabetes de tipo 1 necesitan administrarse esa insulina que el cuerpo no produce a diario.
Entre el 5% y el 10% de personas con diabetes, mundialmente hablando, padecen la tipo 1. De hecho, suele aparecer de manera temprana; es por eso que se conoce más comúnmente como “diabetes infantil”.
Lo cierto es que todavía no se conoce de manera certera qué es lo que la causa: hay factores genéticos, pero también ambientales (ciertos componentes que puedan eliminar las células encargadas de producir la insulina).
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Diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 es la más común de todas. Este tipo, a diferencia del primero, se caracteriza porque aunque la insulina sí esté presente y se produzca de manera más o menos regular, el organismo ofrece resistencia ante ella. Esto se traduce en unos niveles de glucosa demasiado elevados, ya que las células no pueden llevar a cabo su trabajo correctamente.
El sobrepeso y el sedentarismo son los principales factores de riesgo para desarrollar diabetes de tipo 2; de hecho, hasta el 80% de las personas que la padecen no tienen un peso óptimo en el momento en el que se diagnostica.
Como tratamiento, la base es una buena alimentación y actividad física activa. Luego, dependiendo de cada caso, es bastante probable que se paute tratamiento farmacológico.
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Diabetes gestacional
Para que nos entendamos, la diabetes gestacional es muy similar a la diabetes tipo 2, solo que se da en mujeres embarazadas que no habían presentado antes esta patología. El esfuerzo que supone el embarazo para el organismo causa que, en ocasiones, se origine cierta resistencia a la insulina. Esto deriva en la necesidad de mayor producción de insulina por parte del páncreas, pero en ocasiones este no es capaz de asimilar tal cantidad de hormona. Así, se eleva la glucosa y se presenta la diabetes gestacional.
Suele presentarse entre el segundo y el tercer trimestre del embarazo, y se ha de realizar un análisis de sangre para diagnosticarlo, pues los síntomas se pueden confundir con los que se dan durante la propia gestación de forma habitual. En la mayoría de casos la enfermedad desaparece después de dar a luz, pero las posibilidades de después desarrollar la diabetes tipo 2 son altas (tanto para la madre como para el bebé).
Otros tipos de diabetes
Aunque esos son los tres tipos principales de diabetes, existen otros que son menos comunes, pero que también están ahí.
Por un lado, está la diabetes tipo MODY (se llama así por sus siglas en inglés: Maturity-Onset Diabetes of the Young). Según la Federación Española de Diabetes (FEDE), este tipo “se debe a una única mutación genética en el gen autosómico dominante, que produce una alteración en la capacidad de generación de insulina a través del páncreas”.
Por otro lado, existe también la diabetes tipo LADA (la cual se conoce también como diabetes autoinmune latente en adultos). No está del todo clasificada porque todavía hoy se están buscando las similitudes y diferencias con la de tipo 1 y la de tipo 2, pero la FEDE la define como una “enfermedad autoinmune de origen genético por la que el sistema inmunológico de los pacientes ataca a las células que producen insulina en el páncreas de una forma paulatina, pero progresiva”.
Recomendaciones nutricionales
No es un tratamiento ni mucho menos (para ello, lo único válido es visitar al médico y que éste te diagnostique y te indique cómo tratar tu diabetes), pero sí es cierto que alimentarte con conciencia es vital para controlar en mayor o menor medida la enfermedad. Hay ciertos alimentos que conviene incluir en tu dieta y otros tantos que no, y saber esto y aplicarlo a tu comida diaria es importante.
Con la diabetes diagnosticada y sabiendo qué tipo padeces, uno de los primeros pasos es adecuar lo que ingieres diariamente a las necesidades de tu organismo. Si quieres asesoramiento o guía para saber exactamente no solo qué comer, sino en qué cantidad, ¡contacta con nosotros! Nuestros expertos en el tratamiento de enfermedades te ayudarán, de manera personalizada, a controlar tu diabetes (nutricionalmente hablando).