Los frutos secos, como las nueces, almendras y avellanas, han sido estudiados por su posible efecto protector contra varios tipos de cáncer. Estos alimentos son ricos en antioxidantes, ácidos grasos insaturados, fibra, vitaminas (como la E) y compuestos bioactivos que pueden ayudar a reducir la inflamación y el estrés oxidativo, factores involucrados en el desarrollo del cáncer.
Diversos estudios observacionales han asociado un mayor consumo de frutos secos con un menor riesgo de cáncer colorrectal, de mama y de próstata, aunque la evidencia aún no es concluyente. También pueden contribuir a mantener un peso saludable, lo que reduce el riesgo general de cáncer.
No obstante, se necesita más investigación para confirmar una relación causal directa. En resumen, incluir frutos secos como parte de una dieta equilibrada puede ser beneficioso para la prevención del cáncer.
¿Cómo ayudan los frutos secos a prevenir el cáncer?
Podemos destacar varios mecanismos y hallazgos clave:
- Efecto antioxidante y antiinflamatorio: los frutos secos contienen polifenoles, vitamina E y selenio, que neutralizan los radicales libres y reducen la inflamación crónica, ambos implicados en la génesis tumoral.
- Regulación del metabolismo celular: los ácidos grasos omega-3 (presentes especialmente en nueces) pueden modular la proliferación celular, promover la apoptosis (muerte celular programada) y prevenir la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan tumores).
- Impacto en la microbiota intestinal: la fibra de los frutos secos fermenta en el colon y produce ácidos grasos de cadena corta (como el butirato), que protegen el epitelio intestinal y pueden prevenir cáncer colorrectal.
- Mejora del perfil lipídico y control glucémico: ayudan a reducir el colesterol LDL y a estabilizar la glucosa en sangre, por lo que disminuyen factores de riesgo metabólicos que se asocian a varios tipos de cáncer.
- Control del peso corporal: aunque son ricos en calorías, los frutos secos promueven la saciedad, y su consumo regular se ha asociado a menor ganancia de peso, lo cual es crucial, ya que la obesidad es un factor de riesgo importante para muchos tipos de cáncer.
- Estudios epidemiológicos: Metaanálisis recientes han mostrado una relación inversa entre el consumo habitual de frutos secos y el riesgo de cáncer colorrectal, de mama y pancreático. Por ejemplo, un estudio en BMC Medicine (2018) indicó que quienes consumían frutos secos regularmente tenían un 15-20% menos riesgo de desarrollar cáncer en general.
- Dosis recomendada: una porción diaria de unos 30 g (aproximadamente un puñado), sin sal ni azúcares añadidos, como parte de una dieta saludable como la mediterránea.

Principales frutos secos y sus beneficios contra el cáncer
En conjunto, los frutos secos actúan a través de múltiples vías protectoras, y su inclusión regular en la dieta puede ser una estrategia nutricional preventiva eficaz contra el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
Aquí vamos a entrar en detalle con los principales frutos secos consumidos en nuestro país.
Nueces y cáncer:
Ricas en: ácidos grasos, omega-3, polifenoles, melatonina, y vitamina E. Sus compuestos bioactivos pueden inhibir la proliferación celular, inducir apoptosis y reducir la inflamación.
Estudios en animales y humanos han mostrado efectos protectores, especialmente contra el cáncer de mama y colon. También promueven una microbiota intestinal favorable.
Pistachos y cáncer:
Ricos en: luteína, gamma-tocoferol (un tipo de vitamina E), fitosteroles y fibra. Estudios han indicado que pueden reducir marcadores de estrés oxidativo y daño al ADN.
Algunos ensayos sugieren que su consumo regular puede disminuir el riesgo de ciertos cánceres, como el de pulmón y el de próstata, gracias a sus antioxidantes específicos.
También tienen efectos hipoglucemiantes y antiinflamatorio
Almendras y cáncer:
Ricas en: vitamina E (alfa-tocoferol), fibra, polifenoles y grasas monoinsaturadas. Su capacidad antioxidante protege el ADN del daño oxidativo.
Se han asociado a menor riesgo de cáncer de mama y cáncer colorrectal en estudios observacionales.
Además, ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina, importante para prevenir cánceres asociados al síndrome metabólico.
Recomendaciones nutricionales
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Te podrá seguir ayudando con esta, y otras muchas más dudas acerca de alimentación y cáncer.