Puede parecer que estos dos aspectos no están relacionados, pero nada más lejos de la realidad. Vamos a analizarlo a la vez que a tratar de aportar consejos que puedan ayudar a personas que estén sufriendo un cierto grado de obesidad, que en Europa afecta a cerca de un cuarto de la población.
Como punto de partida hemos de aclarar que existen múltiples factores psicológicos que pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de la obesidad, como la ansiedad o la depresión, la baja autoestima o el estrés. Estos factores, sin duda, influyen en los hábitos alimentarios, así como en otros comportamientos relacionados con el peso, como la actividad física.
Relación entre la psicología y la obesidad
Desarrollando lo anteriormente apuntado, por ejemplo, podemos detenernos en la relación, cada día más estudiada, entre el nivel de estrés de la persona y sus problemas con la alimentación y el sobrepeso.
En la actualidad, podemos encontrar numerosos estudios que demuestran la relación entre el nivel de estrés de la persona con variables que pudieran parecer tan poco relacionadas como mayores niveles de colesterol, de grasa abdominal o incluso el seleccionar un tipo de alimentos más calóricos frente a otros más sanos.
No podemos obviar, que en casos más graves, la obesidad a menudo se superpone con otros trastornos alimentarios como la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón. Estos trastornos pueden tener raíces psicológicas profundas y a menudo requieren intervención terapéutica especializada para abordar tanto los aspectos físicos como psicológicos.
Pero sin necesidad de irnos a estas situaciones tan extremas, desde Nutrium nos gusta enfocarnos en las elecciones que tomamos cada día y que nos dirigen hacia la consecución de un cuerpo sano y una correcta relación con la comida frente a una alimentación descuidada únicamente dirigida por nuestras emociones.
La obesidad en una persona, únicamente nos indica que, probablemente, los hábitos alimentarios adquiridos no han sido los óptimos durante un largo periodo de tiempo, en muchos casos, años. Poner nuestra atención en el conocimiento de estos hábitos, y comenzar a cambiar aquellos que nos van a permitir una ganancia mayor, es siempre la estrategia a elegir. Resaltar en este punto que esa ganancia que comentamos, no se refiere al peso, sino a la salud. La báscula es una herramienta que nos ayuda en el proceso de autoconocimiento y a mejorar nuestra relación con la comida, pero nunca se va a convertir en nuestra única guía, ya que se busca un enfoque holístico del bienestar que incluya no solo la pérdida de peso, sino también la salud física, emocional y mental.
Tratamiento de la obesidad desde la psicología alimentaria
Como parece lógico, el inicio del un tratamiento psicológico ha de basarse siempre en un correcto análisis previo que nos lleve a identificar factores tales como patrones de pensamiento disfuncionales, hábitos emocionales subyacentes, o comportamientos alimenticios problemáticos.
Si bien se ha tratado la obesidad desde muy diferentes enfoques, en los últimos años, las llamadas terapias de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT en inglés) están mostrando su potencial no solo a la hora de reducir los problemas de obesidad, sino de aumentar paralelamente el bienestar emocional de la persona y una alimentación más consciente y saludable.
Del mismo modo, orientaciones no tanto terapéuticas, sino psicoeducativas como el mindful eating, o comer consciente, están mostrando todo su potencial en la última década. Esta tendencia trata de entrenar la atención de la persona para dotarle de herramientas a fin de que tome parte en la solución de sus problemas con las emociones y la alimentación. Esta aplicación del mindfulness al entorno alimenticio nos permite ganar consciencia en las sensaciones físicas relacionadas con la ingesta, y de esta manera reducir la alimentación emocional y mejorar la autorregulación.

Recomendaciones nutricionales
Como resumen, podríamos indicar que habitualmente y como ya hemos dejado ver de forma previa, los tratamientos con aportaciones desde diferentes profesionales como psicólogos, nutricionistas o personal médico en caso de ser necesario, son los que nos permiten abordar el problema de la obesidad desde sus diferentes aristas y remar todos unidos, en pos de la solución.

