La nutrición es un pilar fundamental para la salud y el bienestar del paciente. La quimioterapia constituye un tratamiento farmacológico altamente eficaz, aunque suele asociarse con diversos efectos secundarios que deben abordarse para prevenir la desnutrición. Por ello, resulta esencial conocer el papel que desempeña una adecuada alimentación antes, durante y después del tratamiento quimioterápico. Acudir a las sesiones en un estado nutricional óptimo mejora la tolerancia a la quimioterapia, potencia la eficacia del tratamiento y favorece la recuperación posterior.
¿Por qué es importante la alimentación en la quimioterapia?
La terapia nutricional se emplea en pacientes oncológicos con el objetivo de asegurar la ingesta adecuada de nutrientes que permitan mantener o aumentar la masa muscular y la fuerza, prevenir alteraciones metabólicas y fortalecer el organismo frente a posibles infecciones.
Una alimentación equilibrada y adaptada durante todo el proceso oncológico puede contribuir a:
- Mayor eficacia del tratamiento.
- Mejor control del estado del paciente durante la terapia.
- Mejora de la calidad de vida.
- Recuperación más rápida tras el tratamiento.
- Alivia los efectos secundarios asociados a la quimioterapia.
De este modo, abordar la patología desde el punto de vista nutricional favorece un mejor pronóstico y un mayor bienestar del paciente.
Por tanto, el papel de la nutrición durante el proceso oncológico es fundamental, tanto para preparar al paciente antes del tratamiento, como para desarrollar estrategias que ayuden a mantener un buen estado nutricional durante el mismo y prevenir la desnutrición derivada de los efectos secundarios, aspecto que se analizará más adelante. Podría interesarte este artículo sobre qué comer después del tratamiento de quimioterapia.

Principios generales de una dieta durante la quimioterapia
Aunque las patologías oncológicas deben tratarse siempre de forma individualizada, existen pautas comunes que ayudan a mantener un buen estado nutricional y mejorar la tolerancia al tratamiento.
Se recomienda priorizar alimentos ricos en fibra, ácidos grasos omega-3, grasas saludables, proteínas de calidad, vitaminas y minerales, presentes en frutas, verduras, legumbres, pescado, huevos y aceite de oliva. Al mismo tiempo, conviene reducir el consumo de ultraprocesados, azúcares simples, fritos, alcohol y exceso de sal o especias, ya que pueden irritar el aparato digestivo o dificultar la digestión.
Durante el tratamiento, pueden aparecer efectos secundarios como náuseas, vómitos, mucositis (inflamación bucal), xerostomía (boca seca), disgeusia (alteración del gusto), diarrea o estreñimiento. En estos casos, una alimentación adaptada puede marcar la diferencia.
Para aliviar estos síntomas, se recomienda:
- Comer despacio y en pequeñas cantidades, varias veces al día.
- Evitar alimentos ni muy fríos, ni muy calientes.
- Evitar olores intensos, comidas muy grasas, picantes o muy saladas.
- Mantener una hidratación constante.
- Usar cubiertos que no sean de metal si se percibe sabor metálico.
- Evitar alcohol, café y bebidas con gas, que pueden irritar o resecar la mucosa.
Adoptar estas pautas ayuda a reducir el malestar, mejorar la tolerancia al tratamiento y mantener la energía durante todo el proceso oncológico.
Recomendaciones nutricionales
Como hemos visto, la nutrición debe considerarse una parte esencial del tratamiento oncológico. Cada paciente evoluciona de forma distinta y puede experimentar síntomas variables según el tipo de quimioterapia, el estado nutricional previo y la tolerancia al tratamiento.
Por ello, es fundamental contar con la orientación de un dietista-nutricionista especializado en oncología, que pueda adaptar la alimentación a las necesidades individuales, mejorar la tolerancia a la quimioterapia y optimizar la recuperación.
Te animo a que te pongas en contacto con nosotros si estás atravesando un proceso oncológico o acompañas a alguien que lo está. Nuestro objetivo es ayudarte a desarrollar hábitos saludables personalizados, que mejoren no solo el pronóstico, sino también la calidad de vida durante y después del tratamiento.

